El diagnóstico clínico

El diagnóstico del TDAH debe hacerse de forma rigurosa y dedicándole el tiempo suficiente para obtener información que ayude a dilucidar si  la persona cumple los criterios diagnósticos (ver más adelante).Será necesario comenzar por la realización de una historia clínica completa.

Para realizar el diagnóstico de TDAH, los síntomas deberán generar una limitación del funcionamiento de la persona en al menos dos ambientes (familiar, escolar, social, laboral…). En el subapartado de Pruebas diagnósticas se especifican los diferentes recursos diagnósticos que se emplean en caso de sospecha de TDAH y/o TA. En el subapartado Recursos asistenciales y profesionales se incluyen los profesionales y las unidades asistenciales a los que se debe acudir en estos casos. En cuanto a los factores que influyen en el desarrollo y evolución del TDAH se detallan en el subapartado Factores de riesgo y de protección.

Actualmente existen dos clasificaciones para el diagnóstico: el DSM-V y la CIE-11, siendo el primero el más utilizado. El manual más utilizado por los profesionales sanitarios para diagnosticar trastornos mentales es el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders en su 5º edición (DSM-V), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría en el año 2013. En el diagnóstico clínico del TDAH según este manual se le considera de la siguiente manera, en base a una serie de criterios:

A) Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con la función o el desarrollo, caracterizado por (1) y/o (2)

1. Inatención: 6 o más de los siguientes síntomas, o al menos 5 para mayores de 16 años, con persistencia durante al menos 6 meses hasta un grado inconsistente con el nivel de desarrollo y que impacta negativamente en las actividades sociales y académicas/ocupacionales.

  • A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
  • A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas.
  • A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de trabajo.
  • A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
  • A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
  • A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades.
  • A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
  • A menudo es descuidado en las actividades diarias.

2. Hiperactividad e impulsividad: 6 o más de los siguientes síntomas, o al menos 5 para mayores de 16 años, con persistencia durante al menos 6 meses hasta un grado inconsistente con el nivel de desarrollo y que impacta negativamente en las actividades sociales y académicas/ocupacionales.

  • A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
  • A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado.
  • A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo.
  • A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
  • A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
  • A menudo habla en exceso.
  • A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
  • A menudo tiene dificultades para guardar turno.
  • A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros.

B) Algunos síntomas de desatención o hiperactividad-impulsividad estaban presentes antes de los 12 años de edad.

C) Algunos síntomas de desatención o hiperactividad-impulsividad se presentan en dos o más ambientes (por ejemplo, en casa, escuela o trabajo; con amigos o familiares; en otras actividades).

D) Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren o reducen la calidad de la actividad social, académica o laboral.

E) Los síntomas no aparecen exclusivamente motivados por esquizofrenia u otro trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (trastornos del estado de ánimo, ansiedad, trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, abuso de sustancias o síndrome de abstinencia).

Nota: se especificará si la presentación del trastorno es predominantemente de desatención, de hiperactividad/impulsividad o combinada, si se encuentra en remisión parcial y si el grado de afectación actual es leve, moderada o severa.

 

En base a esto, podemos encontrar tres clasificaciones del TDAH:

  • Presentación combinada, cuando se cumplen el criterio de inatención (A1) y el de hiperactividad-impulsividad (A2), durante los últimos 6 meses. 
  • Presentación predominante con falta de atención, cuando se cumple el criterio de inatención pero no el de hiperactividad-impulsividad, durante los últimos 6 meses. 
  • Presentación predominante hiperactiva-impulsiva, cuando se cumple el criterio de hiperactividad-impulsividad pero no el de inatención, durante los últimos 6 meses.

 

Desde la Fundación INGADA disponemos de consultas clínicas en las que se presta asesoramiento y valoración por parte de miembros de nuestro Departamento Clínico

 

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